Surcos.
Serpenteantes, por tu piel. Surcos de tiempo, cauces de sangre, de momentos.
Dicen que las arrugas surgen por cada disgusto, por cada "malavida", por cada experiencia. A veces me sorprendo olvidando, agarrando el día a día y dejándome llevar por la emoción de una ciudad por descubrir, por la emoción de tanta tanta gente por conocer. Y olvidamos:
Olvidamos las luchas internas, los amores acabados, las noches tormentosas. Olvidamos los gritos, los golpes. Olvidamos insultos, desprecios y malas jugadas. No echamos cuentas, y casi no vislumbramos tantas tantas lágrimas, sufrimiento, dolor...
Olvidamos como nos hicimos esos canales. Y no nos damos cuenta, de que gracias a ellos hemos construido la ciudad por la que andamos. Madrid lleno de canales por los que navegar.
Madrid es eso:
Es el lienzo en blanco pero ya surcado. Es la forma de dar forma a nuevos surcos no tan profundos, a nuevas caricias, cosquillas y no volver a llorar.
Pero de vez en cuando, siempre recordar.
Die.