Diciembre

Puede que este haya sido el año que más cambios ha traído nunca a mi vida. Puede que los profetas ya escribiesen en sus libros que el 2018 sería un año para recordar, para dejar de soñar y cumplir viejas promesas y antiguos deseos. Puede también que algunos de esos deseos cumplidos no hayan sido tan increíbles como esperaba pero las realidades que me han traído han sido y son suficientemente intensas como para ser recordadas hasta la saciedad:

Mi mejor amiga se ha prometido con el amor de su vida, y el relato de su boda será digno de escribirse sobre las tablas de la más bella serendipia. 

Mi padre se ha casado en el casino dónde trabajo y mi madre ha vuelto a reunir a todos los primos en su segundo día nupcial. Y es que después de un tren, puede venir otro.

He vuelto a la que pensaba que era la ciudad de mis sueños, y con un nuevo trabajo y una nueva vida me he plantado en Coruña, que aunque me está diciendo bastante menos de lo que esperaba, ha sido un cambio importante de rumbo.

Pero lo mejor que me ha traído este año, ha sido la posibilidad de abrazar sin remordimientos y sin fin. De amar sin miedo al compromiso, de entender, de dejar de despedirme en angustiosos besos imaginados. Me ha traído la posibilidad de dejar de recibir tus postales y de que por fin, este diciembre, pueda besarte antes de las uvas, sin deseos escondidos en campanadas, sin sentirme culpable por pensarte en los cuartos y sobre todo volviendo a ti pero quedándome, para besarte también en el primer minuto del resto de nuestras vidas juntos.

Diego



¿Me quieres?




Ahora si yo te pregunto "¿juegas?" ya no podrás decirme "solo" porque no sabré si te refieres a que quieres jugar solo o a que te apetece mucho porque lo único que haces es jugar. Imagínate si cambiamos la pregunta por "¿me quieres?".

Hermes. 15 de noviembre de 2010

CIEN

He tenido que escribir CIEN veces CIEN que no he escupido tantas palabras por nadie como por ti.
Hasta esta última casualidad que es abrir mi libro por la centésima parte de la historia, me grita que no he conocido nunca a nadie como tú.

Que no consigo odiarte de las ganas que te tengo y que son CIEN las hostias que volvería a darme en esta eterna serendipia que es tenerte cerca y lejos al mismo tiempo.

Son CIEN las canciones que suenan a la vez cuando hasta el agua de la ducha me recuerda aquella noche. Y CIEN son las ganas de caerme por el barranco de tus palabras habitadas, que son pocas pero repletas.

Quiero ser el verbo de tus años 90, el cromo que nunca hemos tenido, el Tamagotchi que perdí en dos mil cinco. Quiero ser tu Capitán Planeta, tu Bollicao en la merienda, y en la cena, y en el desayuno.

Quiero ser tu Cadena CIEN, las CIEN pesetas de tu bolsillo, las CIEN veces que he soñado con darte las CIEN caricias diarias que te mereces.

CIEN.

Resultado de imagen de tamagotchi

Diego

El huracán





[17:42, 1/9/2018] Alex Sanchez: Las personas huracán
[17:43, 1/9/2018] Alex Sanchez: te llevan bien alto,
[17:43, 1/9/2018] Alex Sanchez: pero luego caes
[17:43, 1/9/2018] Alex Sanchez: y quedas aturdido por el meneo
[17:43, 1/9/2018] Alex Sanchez: y claro, duele.
[17:43, 1/9/2018] Alex Sanchez: Pero un huracán es un huracán.
[17:43, 1/9/2018] Alex Sanchez: Nadie dice que no a un huracán... al menos una vez.

Álex Sánchez

Microhistoria


Pensé en gastar mis yemas tecleando algo largo y terapéutico como tu sexo.

Pensé en pasar la tarde de domingo borrando mis huellas dactilares arañando las paredes.

Entonces recordé que necesito mis dedos para garabatear tu espalda...

Fin.

Diego.


O que me vai facer famoso

O que quero que vexas

¿De qué quieres trabajar?

Todo huele diferente. El primer día me tomé un vermú. Técnicamente ese día todavía estaba de alta en la empresa de fabricación de bloques en...