Ahora si yo te pregunto "¿juegas?" ya no podrás decirme "solo" porque no sabré si te refieres a que quieres jugar solo o a que te apetece mucho porque lo único que haces es jugar. Imagínate si cambiamos la pregunta por "¿me quieres?".
Hermes. 15 de noviembre de 2010
1 comentarios:
Nunca dejaré de jugar contigo. Tampoco dejaré de quererte.
Publicar un comentario
Plasma e firma