25 años

Los años son nuestros y de nadie más. Nadie tiene derecho a utilizarlos para nada más que para desearte lo mejor.

Son 25 años. Un cuarto de una vida que te pertenece, que ningún ser debe tocar. Aleja las yemas de los dedos de cualquier ingrato, de cualquier personaje mal creado. Porque es tu sangre la que corre por tus venas, es tu piel la que aún se estremece y cualquiera que se quede más tranquilo rasgándote las sienes, atrincherándose en tu memoria no merece más que la soledad.

Empieza tu nueva etapa, tu página en blanco, y el lápiz... el lápiz son tus ojos. Date la vuelta y corre, vive, sueña... pero no recuerdes aquello que tu cuerpo ha decidido alejar, porque los años son sabios, y no caminamos hacia atrás.

Estoy seguro de que has aprendido, que los años son para vivirlos, y llorar por nada no construye ríos. Navega en la sonrisa de nueva gente, en las palmas de desconocidos y en los abrazos que tus compañeros de viaje estamos deseando darte, sin pensar en nosotros, sin crearte emociones negras, sin interesarnos más que tu felicidad.

Felicidades. Nada que comienza con un llanto, puede ser más dulce que el comienzo de un nuevo día. Mañana tendrás 25, y tres abundantes cuartos del pastel por comerte (olvida ya las migajas, y ponte las botas!)

Te quiero.


O que me vai facer famoso

O que quero que vexas

¿De qué quieres trabajar?

Todo huele diferente. El primer día me tomé un vermú. Técnicamente ese día todavía estaba de alta en la empresa de fabricación de bloques en...