El barco







Creo en los nuevos talentos, en la gente bajita, en las sonrisas sinceras. Me gusta la gente que no trabaja por dinero, que tiene la ilusión de hacerlo mejor, de ocupar su tiempo, de pilotar su propia vida.

Admiro a los marineros que hacen de patrón (bajito, sin que se les note). A las damiselas que salvan al caballero en apuros. Adoro el ingenio, la chispa, la gente habladora.

Confío en la fuerza de los jóvenes, de nosotros, de la sangre fresca. Al mal tiempo buena cara y a palabras necias oídos sordos.

Me apasionan los apasionados, los luchadores, los imaginativos. Las personas que dan pasitos, pasitos de gigantes. A los que no reparan en su sombra, simplemente miran hacia delante.

Son esas personas las que levantarán de nuevo el mundo, con su fuerza, vitalidad y compañerismo. Son ellas las que perduran en las empresas, las administraciones públicas, las escuelas, los hospitales, tú vida.

Las personas que anteponen su humanidad, sus ambiciones personales, al capital, las presiones superiores o cualquier otra forma de esclavitud.

Por eso sé, que en la libertad de trabajar por que quieres, reside el futuro de este mundo y cuando te encuentras a alguien en el camino que así lo hace, a pesar de la tormenta, te reverencias, y no le deseas nada, porque sabes que logrará ser quién quiera.

Os echaré de menos Nuria, Aurora, Belén. Gracias por convertir este proyecto, esta barquita, en el galeón que ahora mismo es. Que si se hunde,no sea por las tormentas que hemos capeado, sino por la incompetencia del capitán, que no ha sabido virar a tiempo.

Dié.

A rutina do tempo libre



Voltan dos seus traballos. Abatidos, cansos, grises.

Non hai campo nas ventás, non hai ceo, non hai mar que os faga soñar despertos. Refrexos das súas facianas quedas. Extraños alleos ás vidas dos demáis usuarios. Ancorados todos e todas a súa melodía, ás súas notas ó seu mundo. Non falan, non pestanexan. Non cruzan miradas. Soamente se desprazan.

Seguinte estación... Coma se dunha centella se tratáse, apartan con dor a man que toca outra man.

- Perdón.

Ninguén mira, ninguen escoita nada. Soa Yann Tiersen nas orellas, abren as portas, suben escaleiras, chegan a casa.

Volta a comezar.

Martes.

Voltan dos seus traballos...


Dié

Almendras


Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.


Gabriel García Marquez

O que me vai facer famoso

O que quero que vexas

¿De qué quieres trabajar?

Todo huele diferente. El primer día me tomé un vermú. Técnicamente ese día todavía estaba de alta en la empresa de fabricación de bloques en...