Construir para perdurar, pero tendrá que haber algo más, una forma de mantener vivos los pensamientos pasados, de inventarle lados nuevos a la belleza o una manera de hacer realidad lo increíble, esto pensaba el ruso al contemplar la obra de Zalampernio.
Foto: Playa de Lourido, Poio.
Fulgencio Argüelles - El palacio azul de los ingenieros belgas
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